sábado, 26 de marzo de 2016

Sentido de la caída en tierra de la partida que iba a prender a Jesús en Jn 18:5-6

La narración en el Evangelio de S. Juan del prendimiento de Jesús en el huerto de Getsemaní contiene un evento con un sentido teológico muy profundo y rico, cuya explicación he hallado solamente en el sitio web de un estudioso judío [1]. Por lo que lo comparto a continuación.

En el Evangelio de S. Juan, Judas identifica para la cohorte y los servidores de los príncipes de los sacerdotes el lugar donde encontrar a Jesús, pero no a Jesús con un beso una vez que llegan a ese lugar, sino que es Jesús mismo Quien se auto-identifica ante quienes vienen a prenderlo:

Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre Él, habiéndose adelantado les dijo: «¿A quién buscáis?». Le contestaron: «A Jesús, el Nazareno». Él les dice: «Yo Soy». También Judas, el que lo está entregando, había estado parado con ellos. Cuando les dijo: «Yo Soy», ellos retrocedieron y cayeron en tierra. De nuevo les preguntó: «¿A quién buscáis?». Ellos dijeron: «A Jesús, el Nazareno».  Jesús contestó: «Os he dicho que Yo Soy. Si me buscáis a Mí, dejad marchar a éstos». (Jn 18:4-8)

Para captar el sentido teológico de este pasaje es necesario tener en cuenta tres datos:

1. La expresión "Yo Soy" (Ego Eimi) aislada, con la cual Jesús se identifica dos veces en el pasaje, aparece en cuatro pasajes previos del Evangelio de S. Juan:

«si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.» (Jn 8:24)

«Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta;» (Jn 8:28)

«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham fuese, Yo Soy.» (Jn 8:58)

«Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy.» (Jn 13:19)

En todos estos pasajes es claro que Jesús se aplica a Sí mismo el Nombre propio de Dios en primera persona. Esto es particularmente evidente en los pasajes 1, 2 y 4, en los que Jesús resalta la importancia de creer/saber que "Él Es", en claro eco de dos pasajes del segundo Isaías:

"Vosotros sois mis testigos - oráculo de Yahveh - y mi siervo a quien Yo he elegido, para que me conozcáis y me creáis y entendáis que Yo Soy." (Is 43,10).

"Escúchame Jacob; Israel, a quien llamé: Yo Soy; Yo Soy el primero y Yo Soy también el último." (Is 48,12).

Nótese también que en el pasaje 3 queda claro que el Hijo Es en la eternidad, un único momento de infinita plenitud, y no en el tiempo, una sucesión de momentos, porque Jesús dice "antes de que Abraham fuese, Yo Soy", no "antes de que Abraham fuese, Yo Era."

2. El término griego traducido como "cayeron" (epesan) es usado cinco veces por S. Juan en el Apocalipsis en el sentido de {postrarse/caer sobre el rostro/echarse rostro en tierra} para adorar: 5:8, 5:14, 7:11, 11:16 y 19:4.

3. En el tiempo de Jesús, el Nombre propio de Dios en tercera persona revelado en Ex 3:15: YHWH, "Él causa que sea" o "Él hace ser" si se lo vocaliza Yahweh o "Él Es" si se lo vocaliza Yihweh [2], era pronunciado por una sola persona, el Sumo Sacerdote, en una sola ocasión en el año: durante la fiesta de la Expiación, en el momento de cargar las culpas de los hijos de Israel sobre el macho cabrío a ser enviado al desierto:

Acabada la expiación del Santuario, de la Tienda del Encuentro y del altar, Aarón presentará el macho cabrío vivo. Y Aarón impondrá ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel y todas sus transgresiones en todos sus pecados, y poniéndolas sobre la cabeza del macho cabrío, lo enviará al desierto por medio de un hombre dispuesto para ello. Y el macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos hacia una tierra deshabitada; y él soltará el macho cabrío en el desierto. (Lev 16:20-22)

La plegaria usada por el Sumo Sacerdote en esa ocasión, así como la respuesta del pueblo a esa plegaria, están en la Mishná:

Él (el Sumo Sacerdote) viene al macho cabrío que va a ser enviado al desierto, y pone ambas manos sobre él y confiesa, usando la siguiente expresión: «Te imploro, YHWH, ellos han cometido iniquidades, han transgredido, han pecado delante de Tí, tu pueblo la Casa de Israel. Te imploro, YHWH, perdónalos por sus iniquidades, por sus transgresiones y por sus pecados delante de Tí, como está escrito en la Torá de Moisés tu Servidor: "Porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros. De todos vuestros pecados quedaréis limpios delante de YHWH"» (Lev 16:30). Y cuando los sacerdotes y el pueblo que estaban parados en el atrio oían el Nombre expresado venir de la boca del Sumo Sacerdote, se arrodillaban, se postraban y caían sobre sus rostros, y exclamaban: "Bendito sea el nombre de su reino glorioso por los siglos de los siglos". (Yoma 6:2) [3]

A partir de estos datos, el sentido de la caída en tierra de los integrantes de la partida que viene a prender a Jesús cuando Él dice "Yo Soy" por primera vez es muy claro: es la postración rostro en tierra del pueblo en el rito de la Expiación al oir el Nombre propio de Dios pronunciado por primera vez por el Sumo Sacerdote. Jesús es el Sumo Sacerdote que está realizando la verdadera Expiación prefigurada en el rito de la Ley mosaica, y que al momento de poner las culpas de los hombres sobre la víctima que las llevará sobre sí, pronuncia el Nombre propio de Dios, con la diferencia respecto al rito de la Ley mosaica, de que Jesús:

- siendo Él mismo la víctima del sacrificio, toma sobre Sí y carga Él con nuestros pecados,

- siendo Él mismo Dios, pronuncia el Nombre propio de Dios en primera persona.

Destaco que esta interpretación del pasaje está en línea con lo que escribe Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret, tomo 2, sección 4.1: "La fiesta judía de la Expiación como trasfondo bíblico de la Oración Sacerdotal". 

Finalmente, la tercera vez en que Jesús pronuncia el Nombre propio de Dios en primera persona como Sumo Sacerdote de la verdadera Expiación no está registrada en el Evangelio de S. Juan sino en el de S. Marcos, en su respuesta al Sumo Sacerdote:

De nuevo le preguntó el Sumo Sacerdote: «¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?». Jesús contestó: «Yo Soy. Y veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder y viniendo con las nubes del cielo». (Mc 14:61-62)

Para validar la interpretación de que este "Yo Soy" es la tercera pronunciación del Nombre divino en primera persona por parte de Jesús como Sumo Sacerdote de la verdadera Expiación, debemos notar que, en el rito de la Expiación de la Ley Mosaica, inmediatamente después de que el Sumo Sacerdote concluía su plegaria pronunciando el Nombre divino por tercera vez, el cabrito era conducido al desierto. Análogamente, después del "Yo Soy" de Mc 14:62 Jesús comenzó a recibir salivazos, golpes, burlas y bofetadas de parte de los judíos (Mc 14:65). 

---

Dicho lo anterior, en el Evangelio de S. Juan la respuesta de Jesús a Pilato incluye una suerte de tercer "Yo Soy" que da cierto carácter de narración autocontenida a este Evangelio:

Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Tú lo dices, Yo soy Rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.» (Jn 18:37).

Para validar la interpretación de que este "Yo soy Rey" es una suerte de tercera pronunciación del Nombre divino en primera persona por parte de Jesús  para que la narración de S. Juan "cierre" si se la lee como si fuese autocontenida, notamos que después del "Yo soy Rey" de Jn 18:37 Jesús comenzó a recibir azotes, coronación con espinas, burlas y bofetadas de parte de los soldados romanos (Jn 19:1-3), y que estos ultrajes, en la narración de S. Juan leida como autocontenida, son los primeros que recibió Jesús en su Pasión, dado que S. Juan no registra ultrajes previos a Jesús de parte de los judíos excepto una bofetada en Jn 18:22.

Por otro lado, es evidente que S. Juan, quien tuvo a la vista los Evangelios Sinópticos al escribir el suyo y cuya intención es que su Evangelio se lea en conjunción con aquéllos, deja en claro que el tercer "Yo Soy" real de Jesús como Sumo Sacerdote de la verdadera Expiación es el de Mc 14:62 y no el de Jn 18:37. En primer lugar porque este último pasaje no contiene un "Yo Soy", Ego Eimi, aislado como los anteriores del Evangelio de S. Juan, sino literalmente un "rey soy Yo", basileus eimi Ego. Y en segundo lugar porque la no mención por S. Juan de los ultrajes a Jesús de parte de los judíos no implica su negación de que realmente ocurrieron.

Referencias:

[1] http://www.exodus-314.com/home/introduction/exodus-314-in-christianity.html?id=39

[2] Esta incertidumbre lingüística no plantea problema teológico alguno porque solamente "El que Es" puede "hacer ser", o en términos metafísicos, solamente el Ser Subsistente puede crear y mantener en el ser a los seres contingentes. Dicho esto, la vocalización Yahweh es más probable, además de que da sentido directo a la expresión Yahweh Sabaoth: "Él hace ser los ejércitos".

[3] http://www.emishnah.com/moed2/Yoma/6.pdf

No hay comentarios: